El órdago de Puigdemont a Sánchez: o independencia o elecciones
El prófugo le dificulta la investidura y ERC la condiciona a la amnistía. Solo Bildu le apoya, mientras que PNV, BNG y Sumar se hacen de rogar. De la legislatura, mejor no hablar
"Nada está acordado hasta que todo esté acordado". Es la frase que utilizó hace unos días el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. Con ella, quiso dejar claro que las negociaciones son “complejas”, como ha reiterado varias veces esta semana, y que no hay nada cerrado.
Como también lo es que a partir de la próxima semana, cuando empiecen los contactos entre bastidores, sin luz ni taquígrafos, las dificultades asomarán en toda su extensión. La hora de la verdad ha llegado con la fecha tope del 27 de noviembre para intentar ser investido, dos meses después del intento fallido de Alberto Núñez Feijóo.
El tiempo juega en su contra y en su haber solo cuenta con los votos que tenía garantizados: los de de la coalición abertzale de Bildu, quien volvió a reiterar este viernes, el día de la "foto de la vergüenza" o "histórica", su deseo de prestarle su apoyo para frenar a la ultraderecha.
Este sábado, en un acto de partido en Mérida, el candidato Sánchez ha vuelto a afirmar que, "pese a la complejidad de las negociaciones" su investidura saldrá adelante, un optimismo que contrasta con los resultados obtenidos en la ronda de contactos esta semana con los grupos parlamentarios: no ha sumado nuevos apoyos. PNV, BNG, e incluso Sumar, se hacen de rogar y dicen que "ese guiso que cocina Sánchez será difícil de maridar" y que "no le piensan dar dar un cheque en blanco", aunque la realidad es bien distinta. Todo está en manos de los independentistas.
O todo o nada
El líder de Junts, Carles Puigdemont, un hueso duro de roer, no se lo está poniendo nada fácil y quiere que todas sus condiciones se concreten y no se queden en el aire o por definir. Al menos, así lo expresa públicamente y lo ha vuelto a manifestar hoy en Instagram. Su apuesta es o todo o nada de puertas hacia afuera.
"Hoy España tiene un complejo dilema de resolución. O se repiten elecciones, arriesgando que los equilibrios políticos sean tan frágiles como ahora; o bien coinciden con un partido que mantenga la legitimidad del 1-O, que no ha renunciado al unilateralismo como recurso legítimo para hacer valer sus derechos.". Es el mantra que ha vuelto a recalcar, cuyo texto pertenece a la conferencia que pronuncio el pasado 5 de septiembre en Bruselas donde plasmaba sus exigencias para un eventual apoyo a Sánchez.
El texto íntegro y traducido, para que quede bien claro, se lo entregó este viernes la portavoz de Junts en el Congreso, Miríam Poveda, al candidato a la investidura. Y a su salida resumió su particular lectura del encuentro: "No estamos aquí ni para escuchar ni para hacer lo que se ha hecho estos cuatro años porque no ha funcionado. Tampoco nos hemos reunido para conocer las condiciones del PSOE para que Junts dé su apoyo, sino al contrario", es decir, para reiterar sus exigencias (las de Junts). O sea, que si sus palabras se corresponden con lo que hay en la trastienda, no están dispuestos a ceder ni un ápice. ¿Se trata de una puesta en escena?
Igualdad de condiciones
Desde las filas ERC, su líder, el indultado e inhabilitado Oriol Junqueras, ha asegurado que la amnistía es imprescindible para "poder negociar en igualdad de condiciones el fondo del conflicto político: cómo Cataluña ejerce su derecho a la autodeterminación" Deja la vía unilateral un poco más alejada, al menos, así lo parece, de cara a la galería.
Junqueras ha hecho esas manifestaciones en un mensaje en la red social X justo el día en que se cumplen cuatro años de la sentencia del procés, de los impulsores del 1-O, que le impuso a él una pena de 13 años. Y añade: "Hoy hace cuatro años que el Supremo nos condenaba a un siglo de prisión. Nada de lo que hicimos es delito, pero la persecución contra el movimiento independentista no ha cesado". Todo apunta a que su formación acabará apoyando a Sánchez, salvo que la situación dé un giro inesperado.
Sánchez matiza cada vez más: 'Hasta que vuelvan las elecciones, que será dentro, espero, de cuatro años porque tendremos un Gobierno progresista, al PP le tocará estar en la oposición'
Desconocemos como está la situación entre bastidores. Solo lo que repite Sánchez una y otra vez, aunque cada vez con más matices. ¿Se trata de una estrategia , de fuegos de artificios? "Hasta que vuelvan las elecciones, que será dentro, espero, de cuatro años porque tendremos un Gobierno progresista, al PP le tocará estar en la oposición. Tendrá que resolver su elefante en la habitación, que se llama la ultraderecha, Vox", ha dicho este sábado en Mérida. ¿Y el suyo?
Pronto sabremos si todo esto es una puesta en escena por parte de algunos políticos avezados que siguen un guion marcado porque todo estaba atado y bien atado de antemano. O no.