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Desconfianza

Hasta ahora, que España tuviera un gobierno apoyado por comunistas y radicales de extrema izquierda no dejaba de ser algo pintoresco, pero en la actualidad preocupa mucho en occidente.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

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El filósofo Descartes afirmaba que “es prudente no fiarse por entero de quienes nos han engañado una vez”. Esta frase parece dedicada a nuestro presidente del gobierno Pedro Sánchez, y sin duda, es el concepto que poco a poco se va imponiendo sobre su figura a lo largo de los aliados occidentales.

Sánchez no es de fiar porque genera un sentimiento constante de duda. Esa faceta de la personalidad de Sánchez, que ya es muy conocida en amplias capas del electorado español, ahora está imponiéndose poco a poco en el ámbito internacional, algo que el presidente del Gobierno le debe de tener muy preocupado, ya que es sabido su deseo de optar a algún cargo en cualquier organismo supranacional cuando acabe su tarea presidencial.

Es sabida la alergia que produce Sánchez en la administración norteamericana, cuyo presidente Biden ya no sabe qué hacer para evitar fotografiarse o tan siquiera hablar con Sánchez, como hemos podido comprobar en distintas cumbres mundiales o en la presente crisis producida por la invasión de Ucrania.

La última noticia que se conoce es la desconfianza que produce Sánchez, y su política, a las puertas de la celebración de la cumbre de la OTAN en España, evento que se pactó por el presidente Rajoy y que si tuviera que acordarse hoy en día, sin ninguna duda nuestro país no sería el lugar elegido.

El gobierno español está conformado por el PSOE y Unidas Podemos, ambos partidos generan desconfianza en la organización internacional por diversos motivos, pero fundamentalmente, por sus vaivenes a la hora de apoyar la línea de defensa occidental.

Podemos es el partido europeo más pro Putin y sus líderes han firmado manifiestos acusando a la OTAN de ser la responsable última de la acción genocida de Rusia

Podemos es el partido europeo más pro Putin y sus líderes han firmado manifiestos acusando a la OTAN de ser la responsable última de la acción genocida de Rusia, llegando a afirmar que contra la invasión no hay que proveer de armas al pueblo ucraniano porque la diplomacia es la solución, mirando a otro lado cuando hemos conocido los asesinatos en masa de población inocente.

Tampoco se olvidan en la OTAN las dudas iniciales de Sánchez al envío de armas a Ucrania, como afirmó en una entrevista en RTVE, y que tuvo que rectificar al día siguiente en el parlamento. No obstante, a día de hoy somos el país más cicatero en mandar armamento y ese dato se tiene en cuenta en las distintas cancillerías occidentales.

Pero, sin duda, lo más anecdótico fue cuando Sánchez, llevado por su fervor propagandístico, anunció junto al presidente ucraniano en su visita a Kiev, que iba a mandar un buque con armas, describiendo de forma exacta el nombre y la ruta del mismo, causando estupor en nuestras fuerzas armadas.

Otra cuestión que preocupa a nuestros aliados, según lo que se va sabiendo en el Ministerio de Defensa, es que Sánchez permita la entrada de grupos anti OTAN en la comisión de secretos oficiales donde se conocerá la aportación de nuestros servicios de inteligencia en la defensa occidental.

Hasta ahora, que España tuviera un gobierno apoyado por comunistas y radicales de extrema izquierda no dejaba de ser algo pintoresco, pero en la actualidad preocupa mucho en occidente, porque supone que esta amalgama de partidos anti sistema va a acabar obteniendo información sensible para la estabilidad de los aliados occidentales, y eso ya son palabras mayores.

Esa política anti OTAN de los aliados de Sánchez es el verdadero motivo que subyace en los ataques contra la ministra Robles, la más atlantista del gobierno, y que si no ha sido cesada es precisamente porque somos los organizadores de la reunión de la OTAN en junio.

Descartes es un filósofo muy respetado en Europa por eso que se pueda utilizar una de sus famosas frases para describir la personalidad de Sánchez debería preocupar en Moncloa, porque a los aliados occidentales no les gusta que les engañen, y sin duda, en la cumbre de la OTAN en España el próximo junio lo podremos comprobar.