La dilución de Ciudadanos
El final 'feliz' de la historia de Cs debe ser contribuir a la reunificación del centro político en España.
Sin duda alguna, 2019 fue un año clave en la historia de Ciudadanos. En las generales de abril obtienen 57 diputados, quedando a 9 escaños de alcanzar al Partido Popular de Pablo Casado. En las municipales y autonómicas consiguen unos relevantes resultados que les posibilita, tras acuerdos con el PP, acceder al gobierno de Comunidades como Madrid, Castilla-León o Murcia. Esos pactos se extienden a muchos Ayuntamientos de España.
En noviembre del 19 se convocan nuevos comicios generales que suponen un batacazo electoral para el partido naranja: obtiene sólo 10 escaños. Las consecuencias son la salida de Albert Rivera de la dirección del partido y de la política, acompañado de un nutrido grupo de sus colaboradores más cercanos.
La jerezana Inés Arrimadas coge el testigo de una embarcación tocada en su línea de flotación, pero que mantenía una importante organización territorial sustentada o alimentada por su presencia institucional.
La frustrada moción de censura en la Región de Murcia precipita, ante la palpable deslealtad de Arrimadas hacia sus socios de gobierno, la convocatoria extraordinaria de elecciones en la Comunidad de Madrid y Castilla-León, con el resultado que ya todos conocemos: salen del gobierno y del parlamento de la Comunidad de Madrid; y en Castilla-León pasan a la triste irrelevancia al conseguir un solo procurador.
Murcia fue el detonante de la espiral auto destructiva, y las elecciones de Andalucía del 19 de junio de este año, hacen gripar definitivamente el motor de Ciudadanos: de 21 diputados a cero.
Por Andalucía está comenzando a diluirse Ciudadanos en el Partido Popular. Pues, están siendo incorporados al ejecutivo de Juanma Moreno muchos altos cargos de Cs del anterior gobierno de coalición, y parlamentarios de esta formación en la anterior legislatura. Este vaciado del partido continuará en los próximos meses con concejales naranjas.
Mientras las gentes de Ciudadanos ya miran hacia otros partidos para dar el salto, Inés Arrimadas está mareando la perdiz con el proceso de refundación. Intenta enderezar el rumbo de un barco varado que ya no le lleva a ningún puerto
Esta operación es favorecida por la buena sintonía que existe entre el expresidente de Cs en la región, Juan Marín, con el que fuera Consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía -actual Coordinador general de PP- Elías Bendodo, y con el Presidente popular Moreno Bonilla. La presencia de Elías Bendodo en la dirección nacional del Partido Popular facilitara de manera suave la dilución de Ciudadanos.
Este trasvase de militantes andaluces también se sustenta por la natural 'centralidad' del Partido Popular andaluz, característica que fue impregnada por Javier Arenas, padre del centro derecha en Andalucía, quien también amplía la base sociológica del partido con tintes de un andalucismo moderado. Esta realidad continúa hoy en día con la marcada singularidad ejercida por el Presidente Juanma Moreno.
Mientras las gentes de Ciudadanos ya miran hacia otros partidos para dar el salto, Inés Arrimadas está mareando la perdiz con el proceso de refundación. Intenta enderezar el rumbo de un barco varado que ya no le lleva a ningún puerto.
Las encuestas dejan a Ciudadanos sin representación
La presidenta Arrimadas ya se dejó hacer la envolvente por los socialistas 'monclovitas' al impulsar la moción de censura en Murcia. Ahora, probablemente, le están haciendole llegar informaciones con datos maquillados de perspectivas electorales de supervivencia. El Partido Socialista es plenamente consciente que la división del centro derecha en tres opciones les favorecerá en las elecciones municipales y autonómicas de 2023.
Todas las proyecciones demoscópicas ofrecen a Ciudadanos entre el 1% y el 2% de los votos emitidos. Esta horquilla porcentual es lo que capta hoy en día la marca del Partido. Son miles de votos repartidos por toda la geografía que no servirán para obtener representación.
En las siguientes elecciones municipales y autonómicas, por nuestro sistema electoral basado en la Ley D'Hondt, en muchas provincias y ciudades, el último diputado o concejal se conseguirá por un puñado de votos; 'los conocidos restos', que pueden ser decisivos para que gobierne el centro derecha, y no las coaliciones entre socialistas, comunistas o separatistas.
Inés Arrimadas no debe seguirle el juego a Pedro Sánchez. Debe contribuir, por responsabilidad hacia sus votantes y por patriotismo, al triunfo del centro derecha para expulsar al actual presidente del Gobierno.
La única hoja de ruta que deben contemplar los actuales responsables de la formación debe ser que Ciudadanos no se presente a las elecciones municipales y autonómicas, y continuar con el grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados hasta el final de la legislatura. Después, disolver el partido y que cada cual se vaya al nido que le interese.
Esperemos que no caigan en la tentación de transformar la naranja en un pomelo. A Ciudadanos hace tiempo que se le rompió su techo de cristal, se hizo añicos, y ya solo le acompañan negros nubarrones. Inés, recuerda la frase de Séneca: "La muerte es un castigo para algunos, para otros un regalo, y para muchos un favor".