“Navarra no se vende”, grito contra el inminente cambio de alcalde en Pamplona
La plaza del Ayuntamiento acogerá a miles de pamplonicas que protestarán ante la moción de censura que propiciará que Bildu acceda a la Alcaldía de la ciudad el próximo 28 de diciembre
A las doce del mediodía de hoy domingo, esa mítica plaza del Ayuntamiento de Pamplona que todos conocemos como inicio de las fiestas de San Fermín acogerá a miles de pamplonicas que protestarán ante la moción de censura que propiciará que Bildu acceda a la Alcaldía de la ciudad gracias al apoyo que el PSN dará a los proetarras como pago al apoyo que esta formación está dando a la Presidencia de Pedro Sánchez en Madrid.
Este apoyo de los socialistas navarros a Bildu que hará a Joseba Asiron alcalde de Pamplona viene disfrazado como que se pretende evitar el parón político y administrativo que, según ellos, sufre el consistorio de la capital de la Comunidad Foral. Pero lo cierto es que esta maniobra política de pago a la izquierda abertzale, que se viene preparando desde poco después de celebrarse las elecciones generales, no es más que el pago por los servicios prestados por Bildu en favor de que Pedro Sánchez continuara en Moncloa.
El enfado entre los pamplonicas y navarros es más que evidente, dado que gran parte de la sociedad Navarra considera que la Comunidad Foral y particularmente Pamplona están siendo objeto de un 'cambio de monedas' planteado desde personas ajenas a la realidad y voluntad de los ciudadanos, hasta el punto de que en unas declaraciones realizadas en el día de ayer, el Presidente del Partido Popular navarro, ha manifestado que “ el secretario de organización del PSOE Santos Cerdán, en su condición de navarro, sea declarado persona non grata en la Comunidad Foral, después de pactar esta moción de censura en el Ayuntamiento de Pamplona”.
Abandono de las fuerzas políticas nacionales
Hay que señalar que la presentación de esta moción de censura que se debatir el próximo 28 de diciembre, día de los inocentes, es el resultado final del abandono que desde hace años sufre Navarra desde las fuerzas políticas nacionales, que en vez de mirar por los intereses de la región se han dedicado a proteger sus intereses de partido, en vez de atender a la voluntad de los ciudadanos.
Esto se ha venido evidenciando muy significativamente en el centro derecha, especialmente desde el giro que , encabezado por su presidente José Javier Esparza, quien abandonando la fórmula de la coalición electoral Navarra Suma puso sus miras políticas hacia un entendimiento con el PSOE, lo que le ocasionó un problema político importante con sus dos diputados al Congreso en Madrid, que se oponían a ese cambio de estrategia política. También el PP de Navarra cambió su estrategia, reforzando desde la llegada de Feijóo sus siglas y su presencia política, con el nombramiento de un nuevo presidente regional, Javier García, que apenas lleva un año en su cargo y que prácticamente parte de cero en la implantación de su partido en Navarra.
Esta falta de unión en el centro derecha navarro es sin duda la causa principal de que Navarra vea entregada su capital a Bildu por Pedro Sánchez, pero también el preludio de que en esta legislatura o la siguiente, Bildu exija al Gobierno de la Nación la celebración de un referéndum de anexión de la Comunidad Foral al País Vasco.
Como bien dice el historiador y escritor navarro Fernando Vaquero Oroquieta en su libro 'De ETA a Bildu, las pieles de la serpiente', “los justos son aquellos que no se callan ante una injusticia, sino que actúan, incluso poniendo en riesgo su vida o su bienestar. Entre ellos, ha habido policías que evitaron atentados, víctimas que rompieron la cadena del mal al no caer en la venganza, pacifista que movilizaron a la sociedad, intelectuales que contribuyeron a la deslegitimación del terrorismo o políticos resistentes que representaron a sus electores y con ellos al pluralismo, pese a estar amenazados”.
Este párrafo sin duda es parte del sentimiento navarro y pamplonica ante la entrega de la ciudad a Bildu, en contra de la voluntad de los ciudadanos, por satisfacer las ansias de poder que alguien tiene en Madrid.