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Javier Sánchez González

El efecto boomerang del caso Begoña impacta de lleno en las elecciones europeas

La investigación sobre la mujer del líder del PSOE está catapultando a los socialistas en vez de dejarles sin opciones porque el discurso les funciona para movilizar a sus votantes.

Los líder de PP y PSOE, Feijóo y Sánchez, junto a sus candidatas a las elecciones europeas: Dolors Montserrat y Teresa Ribera.

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Hay una frase de toda noche electoral que cada vez cobra más sentido. Es esa que dice que “en política no hay sorpresas, hay sorprendidos”. Y la noche de las europeas parece que puede haber mucho de esto. Quien se niegue a ver la realidad que nos avanzan las encuestas, se encontrará el domingo con algo que no quiso ver.

Lo que nos decía la demoscopia hace 4 meses difiere, y mucho, de lo que nos dice hoy. Y posiblemente de lo que pase el domingo. Allá por el mes de febrero el Partido Popular se prometía un paseo triunfal, en el que la única duda era saber por cuánto ganarían al PSOE y a Pedro Sánchez. Algo parecido a lo que pasó hace un año en las generales. Y, como entonces, han repetido muchos de los errores. Fundamentalmente uno: creerse que las elecciones se ganan con encuestas, y no con votos.

En febrero, en el acumulado de todos los sondeos, el PP superaba los 38 puntos, 10 por arriba del PSOE. Hoy, apenas superan los 34. Por 30 del PSOE. Y la distancia se va estrechando día a día. Lo más posible es que el PP gane las elecciones europeas, pero que lo haga por una distancia mínima que convierta al PSOE como el ganador moral de la noche. Y todo estará en manos de quién logre movilizar y desmovilizar el domingo.

El efecto Begoña Gómez, por extraño que parezca, puede beneficiar al Partido Socialista. Porque consigue un efecto boomerang: en vez de mover a un electorado de derechas que ya estaba movilizado, consigue activar al votante socialista. Los tracking internos del Partido Popular se lo están advirtiendo: el PSOE sube cuanto más se habla del tema Begoña. Y quien sube a la derecha es Alvise y su “Se acabó la fiesta”: los indignados son suyos. La construcción del relato es burda, pero funciona: “Nos está persiguiendo la extrema derecha judicial, política y mediática: la mejor respuesta es votar el domingo para pararles los pies”. Así de simple. Moviliza mediante las emociones.

De nuevo, la última semana de campaña de Feijóo se le ha hecho bola. Lo de la moción de censura con Puigdemont no fue una buena idea. Esconder a su candidata, tampoco. En política hay dos formas de estar: o esperando que las cosas pasen, o haciendo que las cosas pasen. Es evidente que el gallego está más cómodo en la primera opción.

En Vox la situación es la que es. Los de Santiago Abascal, sin grandes alardes, se mantienen en su techo, que no es poco. Rondando el 11%. Ganarán algo de voto este domingo, por lo que tendrán motivos para celebrar. Y le mandarán un mensaje muy claro al PP de Feijóo: “Si no es con nosotros, no gobiernas”. Da la sensación de que cuanto más se ha hablado de Milei, de Israel y de Begoña Gómez, más se ha movilizado a VOX y a Alvise y más se ha movilizado al votante del PSOE, en respuesta.

A la izquierda del PSOE la realidad es clara: Sumar es un barco con dos fisuras. En menos de un año se estaría dejando en torno a un 40% de sus votantes. Un 20% se van al PSOE y otro 20% con Irene Montero. Lo de Yolanda Díaz es un drama que no le afecta sólo a ella: afecta a Pedro Sánchez. Si hoy se repitieran elecciones no tendría con quién pactar: todo lo que gana el socialista viene de Sumar, en un juego de suma cero. Se queda igual, mientras la derecha crece. Sumar ambos bloques será un tema clave el domingo y donde todo analista debe poner atención: el bloque de derechas puede crecer, y mucho, respecto a hace un año.

Otra sorpresa para quien no quiera ver la realidad del domingo será la resurrección de Podemos. Haciendo una muy buena campaña y explotando sus virtudes, puede estar en una horquilla de dos o tres eurodiputados y mandarle un buen mensaje a Yolanda Díaz, que puede ser, de nuevo, una de las grandes derrotadas de la noche.

La conclusión es que el PP puede acabar la noche del domingo teniendo que asumir que si quiere gobernar España tiene que pactar con VOX. Eso ocurrirá si, sumados, superan el 45% que tuvieron hace un año. Salvo hecatombe: todo hace indicar que sí. Y que les darían las cuentas: pueden sumar más que PSOE, izquierda y nacionalistas juntos.

Y el PSOE puede acabar la noche asumiendo que si no se arregla el problema a su izquierda, no tendrá con quién pactar. El proyecto de Sumar puede quedar muy tocado, y Podemos revitalizado. Los nacionalismos no parece, tampoco, que vayan a tener una gran noche. El efecto boomerang del caso Begoña estará sobrevolando toda la noche. Y como todo boomerang, puede tener efectos imprevisibles para quien lo lanza. Y para quien lo recibe.

Lo que está claro es que serán de elecciones europeas con muchas conclusiones en clave nacional. Los discursos de esa noche serán el comienzo de la gran batalla final: la de las próximas generales.

Javier Sánchez González es politólogo y consultor político, con más de 10 años de experiencia en América y España. Elegido por tercer año consecutivo en la lista de los 100 profesionales más destacados de la comunicación política en castellano por la revista Washington Compol.

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